domingo, 7 de septiembre de 2014

Labores culturales que requieren los cultivos

1. Limpieza 1- Riego. 2- Control de malezas. 3- Aporque. 4- Abonamiento 4- Control de plagas. 5- Control de enfermedades. - Las semillas para germinar.... - Las plantas para crecer y dar frutos........ En lugares lluviosos, se debe regar la huerta sólo cuando el tiempo está seco. En regiones secas (áridas y semi áridas) se riega durante todo el año. Un suelo con buen contenido de humedad. Cuándo y cuánto regar depende de: 1- El clima: Si hace calor y está seco hay que regar más seguido. 2- El tipo de suelo: Si el suelo es arenoso y suelto hay que regar más seguido y con poca agua cada vez. 3- El cultivo que se va a regar: Hay hortalizas con raíces profundas y otras con raíces superficiales. Mientras más profundas sean las raíces se necesita riegos menos frecuentes y con mucha agua cada vez. El suelo entre las hileras se puede cubrir con cualquiera de estos materiales: - Abono orgánico - Plástico negro - Pasto seco - Papel de periódico - Hojas secas ¿ Que ventajas se obtienen ? - Las malezas no pueden crecer por falta de luz. - Se mantiene la humedad del suelo. - El suelo no se calienta demasiado durante el día ni se enfría mucho durante la noche. - Las hojas y los frutos de las hortalizas se mantienen más limpias porque no se producen salpicaduras de barro. _ Evita la erosión.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Beneficios de los huertos escolares



Beneficios que nos ofrecen los huertos escolares


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Una buena cosecha de conocimientos

El principal beneficio de los huertos escolares es que los niños aprenden a producir alimentos sanos y cómo deben ser empleados en una nutrición adecuada. El mejor modo de lograrlo es si los productos frescos de la huerta -como frutas y verduras- se emplean en un comedor escolar ya existente en el centro y que proporcione el grueso de la dieta diaria de los alumnos.

Además, los huertos escolares también contribuyen a la educación medioambiental y al desarrollo individual y social, al añadir una dimensión práctica. También sirven para reforzar materias básicas del aprendizaje como la lectura, la escritura. la biología y la aritmética.

No debe ser un huerto enorme, sino algo accesible y asequible para todos los alumnos. Si es en un jardín de infancia, con una esquinita del patio de juegos basta, si lo que queremos es incorporarlo como taller para alumnos mayores, entonces, debería ser algo más grande.

Una buena idea sería alternar plantas de crecimiento lento con plantas de rápido desarrollo, así se aplacaría algo la ansiedad de los alumnos que quieren ver enseguida los resultados. Aunque, una de las ventajas transversales de esta actividad es, precisamente, enseñar a los más jóvenes que todo tiene su tiempo y que, para ciertas cosas, hay que tener más paciencia que para otras.

Tambien se fomenta el trabajo en equipo, ya que cada grupo se ocupa de algo: de ir observando la aparición de bichitos, de regar las plantas, quitar las malas hierbas que vayan apareciendo, observar el crecimiento y maduración de los frutos… etc.

Con esta idea, los chicos se sienten más cerca de la naturaleza, aprenden a conocer las funciones del sol, del agua, las lluvias…, reconocen las plantas comestibles de las ornamentales, se establecen relaciones de convivencia entre ellos y entre ellos y el profesor que dentro de un aula es más difícil que se produzcan, pero, además, aprenden que cada verdura que toman, conlleva un esfuerzo.

Y esta actividad, no tiene por qué ser exclusiva del colegio, también en casa, podríamos aprovechar un trocito de tierra o unas macetas del balcón para que nuestros chicos aprendan sobre las plantas.

En definitiva un Huerto Escolar tiene mucha más relevancia de la que podriamos suponer en un principio.

martes, 29 de noviembre de 2011